Cuenta el Evangelio que ante la insidiosa pregunta que los espías mandados por los maestros de la Ley y los jefes de los sacerdotes, hicieron a Jesús de Nazaret, sobre si estaba permitido pagarle los impuestos al imperio romano, el Rey de los Judíos, conociendo las malignas intenciones de sus interlocutores, contestó: “Den al César lo que es del César…”.
Hago referencia a este pasaje bíblico para, salvando las diferencias, hacer una analogía con la contundente respuesta que la comunidad internacional nuevamente acaba de darle a este otro y más poderoso “Imperio” de la era moderna: Los Estados Unidos de Norteamérica.
Allí, en la sala principal de la sede de la Asamblea General de las Naciones Unidas, a cara descubierta, el mundo contestó a la administración de Washington, con un demoledor SI, a la aprobación, por 30 vez consecutiva, de la Resolución de condena contra el Bloqueo impuesto a esta heroica Isla del Caribe, que se resiste y se resistirá siempre a cumplir los designios del Gigante de las siete leguas, como llamará José Martí a la Norteamérica imperial.
El voto de condena, volvió a ser inobjetable, esta vez 185 países estuvieron a favor de Cuba, en contra los Estados Unidos, su histórico lacayo Israel, y decidieron abstenerse Ucrania y Brasil.
Poco importaron las presiones por parte de la representación norteamericana en la sede de la ONU. El mundo votó por la justicia. Por el ejemplo de resistencia y solidaridad que, pese a las restricciones del bloqueo yanqui, Cuba da al mundo.
El representante norteamericano, en incoherente y retórico discurso, pidió una respuesta de las naciones del planeta para Cuba, y la mayoría de las naciones se la dio, aunque no la esperada por una desenfocada administración yanqui.
Una vez más, en la ONU, al imperio el tiro le salió por la culata.
Ahora, les queda como viene sucediendo, año tras año, remorderse en sus hieles y cobrar la cuota de aislamiento que le corresponde en su política hostil hacia Cuba.
En medio de las dificultades económicas que atraviesa la Isla, la comunidad internacional alza nuevamente su voz de respaldo al fin del bloqueo, y la ayuda llega, sin condicionamientos de ningún tipo, de todas partes del planeta. Cuba recibe hoy las muestras de solidaridad que siempre dio a sus hermanos del mundo.
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